Nació el 26 de febrero de 1984 en la Ciudad de México. Es hija de Gastón Lafourcade, catedrático chileno de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y maestro de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro. Además, es el fundador de la Asociación de Organistas y Clavecinistas de Chile. María del Carmen Silva Contreras, su madre, es la creadora del Método Macarsi, un sistema sencillo de enseñanza musical para niños, que experimentó en su propia su hija.
Vivió gran parte de su infancia en Veracruz. Ahí se crío con su madre y empezó a mostrar sus aptitudes artísticas tomando clases de flauta, baile, pintura, teatro, piano, guitarra, saxofón y canto.
Cuando tenía 9 años se muda al Distrito Federal ya que su madre funda una escuela de música en la capital, ahí Natalia pasaba horas enteras, jugaba haciendo canciones, programas de radio e infinidad de grabaciones infantiles logradas en un teclado Yamaha y transferidas a un estéreo de doble cassette, aplicando el método de su madre. Desarrolló gusto por la música de los mariachis y la música ranchera. Llegó a cantar en la ciudad y la experiencia la llevó a audicionar a los 14 años para un grupo pop. Pasó 3 años en esta agrupación, 1 años preparando el tour y 2 recorriendo México. Sin embargo, el proyecto no satisfizo sus expectativas y empezó a estudiar música.
Mientras tanto, vivía en la colonia Condesa en una casa donde había una guitarra abandonada con tres cuerdas, cuando volvía de la escuela, si es que la gira se lo permitía, tocaba lo que podía, cómo podía, hacía canciones practicando los ejercicios que su novio le enseñaba. Poco después, su mamá la llevó por su primera Yamaha.
Sin pasar por el proceso regular de la preparatoria, entró a la escuela de música Fermatta para estudiar guitarra, después piano y –a la larga, por falta de piano- cambió finalmente a canto.
En Fermatta conoció a personas que le aportaron referencias musicales que se convertirían en algunas de sus influencias: Björk, Jamiroquai, Fiona Apple, Tori Amos, The Cardigans, Ella Fitzgerald, Radiohead y a PJ Harvey, entre muchos otros. En aquel periodo viajó becada a Boston, a un programa de cinco semanas de entrenamiento musical. Como no hablaba inglés, se refugiaba en las clases, en los salones con pianos y aprovechó para componer. Elaboró 25 canciones que al volver grabó con la ayuda de un amigo.
Formó una banda con Juan Manuel Torreblanca, uno de los responsables de sus nuevas adquisiciones musicales, de nombre Índigo, una especie de jazz progresivo que la hizo considerar enfocar su carrera como solista.
Tres años después tuvo la oportunidad de ser parte de una banda de pop rock firmada por Sony, una vez más, podría ser parte de una banda con la cual no se identificaba, así que en el último minuto rechazó la oferta. Pero el acercamiento a la disquera le abrió las posibilidades de mostrar lo que en realidad quería hacer, le dieron 3 semanas y logró llevarles demos que le consiguieron un contrato.
Fue a Italia para grabar con Loris Ceroni, quien era reconocido por trabajar con artistas pop mexicanos. Al terminar, no completamente convencidos con el resultado, volvió a grabar entonces algunos temas con Aureo Baqueiro y editaron el disco “Natalia Lafourcade” en el 2002. “Busco un Problema” fue el primer sencillo; entre giras, patrocinios y fama en compañía de La Forquetina: Alonso, Chanonca, Yunuen y Poncho, también estudiantes de Fermatta, le pareció que ser solista era muy demandante y que el siguiente paso natural sería formar una banda con ellos, de esta manera la presión, la creatividad, las responsabilidades y el éxito se compartirían.
Juntos grabaron “Casa”, también con Sony, editado en el 2005. Después de este segundo disco en la vida de Natalia, pronto se dieron cuenta de que cada uno de los integrantes tenía planes musicales que sería mejor llevar a cabo por separado. Fueron perdiendo aquellas metas en común y cada uno fue inclinándose por las pasiones propias.
Para este momento, Natalia hacía 5 años que no descansaba, hizo tributos, música para películas, sus propias canciones y múltiples actividades. Necesitaba hacer un alto en el camino para descansar, dejar atrás por un momento la vida que llevaba en México, explorarse a sí misma en un contexto nuevo que le ofreciera libertad.
En el 2006 partió a Ottawa, Canadá, por 9 meses, donde esperaba que la música no fuera lo más importante. Para encontrarse como una desconocida sin pasado ni futuro, para aprender inglés, dibujar, pasear y andar sin estructuras determinadas. Afortunadamente, las cosas no sucedieron como lo había previsto. Se hospedaba en una casa repleta de músicos entregados al folk, al blues, a la música francesa y de fusión, con la que no se había encontrado. Recibía música distinta y atractiva constantemente: el primer resultado de esta nueva etapa fue el disco instrumental “Las Cuatro Estaciones del Amor”, inspirado en los cambios de ciclos, en sus principios y en los finales, en el paralelismo de los procesos en la naturaleza con los mundanos. Inspirado en los ciclos del amor que tenemos los seres humanos, cómo sentimos en cada uno de estos momentos y en cómo sonaría un soundtrack de esto.
Natalia comenzó a producir y así a revivir, reconstruyó su corazón, se recuperó a sí misma creando una obra en la que entendiera el ciclo del amor exteriorizando musicalmente lo que cada etapa le provocaba personalmente, omitiendo el recurso de las palabras. Terminó “Las Cuatro Estaciones del Amor” en 3 semanas. Un martes por la noche, en un bar donde solía cantar en un escenario abierto, conoció a quien le ayudaría a formalizar las partituras; después de un mes fue a Quebec para hacerlo y desde aquel momento su vida volvió a disciplinarse, cada día después de la escuela se sentaba al piano a trabajar. En agosto del 2006 grabó “Las Cuatro Estaciones del Amor” con con Eduardo Bergallo, conocido por sus trabajos con Cerati y Juana Molina.
El proceso de creación de este disco le permitió concebir simultáneamente 13 canciones que finalmente conformarían su álbum “HU HU HU” (2009), de manera que ambos discos comparten inspiraciones, pensamientos, reflexiones, despertares y el renacimiento de la autora. La música nueva en su vida, las capacidades sonoras de una orquesta y sobre todo sus nuevas motivaciones.
En “HU HU HU” las letras describen experiencias personales un tanto infantiles, como si se tratara del viaje de una niña pequeña, de las fantasías y los seres que la rodean. Nominado al Grammy Latino y Americano, “HU HU HU” es a lo que suena el segundo aire de Natalia Lafourcade, es la recuperación de las pérdidas personales y la satisfacción de sí misma al no dejar de buscarse. De eso se trata el arte, de crear mundos con nuestra propia coherencia, de colocar horizontes y personajes, donde el sentido no radica más que un ligero suspiro.
Durante este tiempo, también prestó su voz para doblar la película animada “CGI El Gato con Botas” y realizó la música de la serie de televisión “Locas de Amor”, que logró un gran éxito. Ha producido musicalmente a artistas como Carla Morrison y Ximena Sariñana. Al lado de Ely Guerra, Lo Blondo y Alondra de la Parra, engalanó la conmemoración del Bicentenario de México junto a la Orquesta Filarmónica de las Américas, resultando el disco Travieso Carmesí.
Colaboró en soundtracks de películas como Amarte Duele, Temporada De Patos y No Sé Si Cortarme Las Venas o Dejármelas Largas y recientemente escribió la música para el proyecto turístico Yo descubrí Yucatán.
En el 2012 filmó El Cielo en tu Mirada, dirigida por Pedro Pablo Ybarra y el documental Hecho en México, producido por Duncan Bridgeman. Cosmo TV, en ese mismo año, produjo el reallity show Mi Mundo Privado sobre la vida de Natalia.
El quinto disco de su carrera, que nos ocupa aquí, lleva por título “Mujer Divina – Homenaje a Agustín Lara”. Incluye 13 temas en audio y 10 en video con colaboraciones de artistas como Gilberto Gil, Vicentico, Miguel Bosé, Lila Downs, Adrian Dargelos (Babásonicos), Meme (Café Tacuba), León Larregui (Zoe), Leonardo de Lozanne, Leonel García y Kevin Johansen, entre muchos otros.